Rumbo a 5 años fuera de mi país con todo lo dejado atrás, por falta de lugar en dos maletas, puedo decir que lo que más extraño en lo material, es mi colección de películas y discos en físico. Ahora resulta extraño hablarle a alguien sobre querer invertir en una videoteca, pero nada como tener en tus manos una película, cuidar su empaque y disfrutarla al máximo de su calidad de sonido y resolución sin depender de un buen Internet o de su popularidad para su permanencia en un catálogo de streaming, y es que la música y películas en apps son como los masters para los músicos(arte que nunca será tuyo) A diferencia de una casa hipotecada que al terminar de pagar pasa de ser del banco a ser tu propiedad; con el formato físico pasa lo mismo, lo pagas, es tuyo, estará contigo mientras lo cuides (como todo en la vida), en cambio lo virtual, es efímero, a un click de distancia es fácil darlo por sentado y no valorarlo o sencillamente con menos trabajo para verlo mas fácil descartarlo e ir al siguiente “contenido”. Además es el tema de depender de una suscripción, de la existencia de una aplicación y de la vigencia y vistas de la obra en cuestión, es algo rentado, prestado, solo que no tienes que rebobinarlo antes de entregarlo, pero puede desaparecer para siempre en el momento menos pensado fuera de tu control.
Teniendo todo eso en cuenta, la saga de Batman, volverá a estar en mi repisa, siempre encuentro en ella algo nuevo, y también, es como dejar de depender de tener tus momentos encerrado en una red social o en la memoria de tu teléfono, sino libres en el mundo físico, fotografías palpables luego de ser impresas y felices decorando un porta retrato, para así poder tener esos instantes importantes a tu vista y alcance, como un disco que te provoca al tenerlo en tus manos escucharlo completo, más allá de los sencillos o tus canciones favoritas. El mismo principio del libro tradicional vs el digital; el primero es más tuyo, lo quieres cuidar y está ese roce de tus dedos con las paginas, es poder leerlo libre de dispositivos sentado en la grama de una plaza, es libertad y simpleza. Como diría Charly Garcia sobre el vinilo, “la música es fricción, la aguja acariciando el acetato”. Lo inherente en lo que puedes percibir con el tacto.
Algo adicional de tener una película en físico, aparte del arte de su empaque o caratula, son sus extras: amo un buen documental tras cámaras, las joyas como Indiana Jones, Jurassic Park y Back to the Future, tienen historias detrás de bambalinas que son igual de interesantes que las propias películas en sí mismas. Por ejemplo la aventura de Marty Mcfly contaba con Eric Stoltz en vez de Michael J Fox como protagonista en principio hasta el inevitable y milagroso recast. Ni hablar del caso en muchas películas y sus escenas cortadas, la mayoría de las veces se entiende su exclusión, pero en otras son evidencias del crimen, de haberle negado a un film la posibilidad de ser mucho mejor.
Recuerdo hace diez años cuando junto a mi amigo Felipe(fan acérrimo de Superman como yo de Batman) luego de un despecho electoral y nacional y una tarde de escuchar discos de acetato de Soda Stereo y Sentimiento Muerto, decidimos drenar nuestra frustración política como venezolanos, haciendo lo que compartimos como terapia, crear y hablar de lo que amamos. Así que ideamos dos podcast (Todocinefansradio & Vinilo en español) y como bonus track, decidimos hacer algo más, para calmar la ansiedad por querer ver ya Man of Steel, la nueva versión de Superman, que tendría ese toque oscuro y “real” que le había dado Christopher Nolan a Batman en The Dark Knight(digamos lo más factible que se puede plantear a un hombre vestido de murciélago y otro alienígena buena onda que vuela y dispara rayos de calor con sus ojos) Así que allí estábamos una caja de cerveza después, sentados reeditando en mi computadora Superman Returns del 2006.
En nuestra versión de Superman Returns con sus respetos a Bryan Singer, el director de dos de mis películas favoritas de X Men: X2 & Days of Future Past; salvamos de sus buenas intenciones (sabemos que de ellas también salen cosas atroces) una producción enferma de nostalgia por la mística de Christopher Reeve, y es que, ahora más que nunca que todas las producciones están infectas y sustentadas en nostalgia, es claro, que la nostalgia sola no solo no puede justificar una película sino que tiene que ser el armazón o la cereza de algo más, la extensión de la remembranza. Así como pudimos cortamos grasa y redundancia e incluimos una de esas evidencias de crimen, la escena eliminada del Superman de Brandon Routh visitando los restos de su planeta Krypton; redujimos también el metraje de dos horas y media a 120 minutos, cambiamos el orden de escenas, creamos elipsis donde nos las había y eliminamos la subtrama del hijo que desconocía tener con una desmemoriada Lois Lane, amalgamando mejor esta historia con las versiones de Richard Donner de Superman 1 & 2 (que en realidad es una gran película partida en dos)
Snyder se atrevió años antes, con éxito en mi opinión, a adaptar en el 2009 a la mejor novela gráfica de la historia, Watchmen, un comic que es una obra literaria, a la altura de lo que se te ocurra: Quijote, Rayuela o 100 Años de Soledad. Para luego con Man of Steel jugar con un estilo visual que era una suerte de mezcla entre los directores Terrence Malick y Christopher Nolan junto a su estética propia. Slow Motion, colores desaturados, alegorías religiosas (su trilogía de Superman es básicamente: Pasión, muerte y resurrección) y una banda sonora de la mano de Hans Zimmer, que logró lo imposible, igualar, sino superar, al leitmotiv de John Williams. No puedo no resaltar, que a pesar de que es una genialidad el General Zod de Terence Stamp, la versión de ese personaje que hizo el actor Michael Shannon le imprimió lógica y humanidad (es extraterrestre, pero bueno ustedes me entienden) dentro de su accionar despiadado y brutal. Un ser cuyo propósito es la protección de su pueblo, que se encuentra sin planeta, con su civilización extinta y con la posibilidad de traerlos de vuelta. Cómo no entender su motivación si la vida sin propósito es respirar en la nada misma.
El director siguió su visión del universo expandido de DC con la continuación de Man of Steel, Batman v Superman, cuya versión extendida, un Director Cut titulado Batman v Superman Ultimate Edition, corroboran lo que les hablaba antes sobre las evidencias de crimen, las escenas cortadas que nunca debieron ser eliminadas, y es que esa película con 30 minutos adicionales, es años luz mejor que el Frankenstein mal montado que fue la versión que decidieron estrenar en el cine en el 2016. Para finalmente cerrar su trilogía con uno de los casos con mayor drama tras cámaras en la historia de Hollywood.
Sin ser supersticioso (bueno solo un poco) no se puede tapar el sol con un dedo, Superman y sus películas y varios de los actores que lo han interpretado han estado vinculados a complicaciones, polémicas, misterio y tragedias. Por citar algunos: la misteriosa muerte de George Reeves, el Superman de la serie de los 50 que curiosamente fue interpretado por un Batman, Ben Affleck, en la película sobre su asesinato sin resolver; tenemos tambien el devastador accidente de Christopher Reeve que lo ato a una silla de ruedas con respiración asistida; la injusticia que fue que le quitaran Superman II a su director Richard Donner para dársela a otro quien con solo quitar algunas escenas e incluir otras se robo el crédito, cuando el primero había logrado la titanica tarea de hacer que la audiencia de los 70 creyera que un hombre pudiera volar, además de rodar en su mayoría de forma continua la primera y segunda parte de la historia, estrenadas en 1978 y 1980 respectivamente.
No fue hasta el 2006 que se reparó ese error y se le permitió a Donner hacer el montaje que originalmente estaba planteado, incluyendo la inclusión de Marlon Brando. Cabe también mencionar, el intento fallido de filmación de una película sobre el último hijo de Krypton bajo la dirección de Tim Burton y con Nicolas Cage como Clark Kent/Kal El, la misma fue cancelada a días de empezar su producción, y de ella, solo queda un documental de como no se hizo, algunos videos de preproducción con pruebas de vestuario, conceptos de arte, y un par de fotografías de Nicolas Cage con su super traje.
Todo este recorrido histórico desastroso nos trae al descalabre que fue el cierre de la trilogía del Hombre de Acero, el Superman de Zack Snyder, la película Justice League, un film que tuvo interferencia del Estudio desde el dia uno, por las malas reacciones a la entrega anterior de la saga y por esas ganas estupidas de querer igualarse al Marvel de los Avengers y no ir más por la ruta de ofrecer otra cosa, de diferenciarse, de ser originales. Lo de la Warner con Zack Snyder fue como contratar a M. NIght Shyamalan y no esperar un plot twist al final o a Wes Anderson y pretender que no sea peculiar y colorido. Como si no fuese suficiente esa tensa situación se mezcló con la triste noticia del suicidio de la hija del director; una muerte temprana, sin sentido y desgarradora para sus padres (Director y Productora del film) los cuales se vieron obligados a dejar en otras manos la post producción, estreno y crédito de su obra.
Todo este recorrido histórico desastroso nos trae al descalabre que fue el cierre de la trilogía del Hombre de Acero, el Superman de Zack Snyder, la película Justice League, un film que tuvo interferencia del Estudio desde el dia uno, por las malas reacciones a la entrega anterior de la saga y por esas ganas estupidas de querer igualarse al Marvel de los Avengers y no ir más por la ruta de ofrecer otra cosa, de diferenciarse, de ser originales. Lo de la Warner con Zack Snyder fue como contratar a M. NIght Shyamalan y no esperar un plot twist al final o a Wes Anderson y pretender que no sea peculiar y colorido. Como si no fuese suficiente esa tensa situación se mezcló con la triste noticia del suicidio de la hija del director; una muerte temprana, sin sentido y desgarradora para sus padres (Director y Productora del film) los cuales se vieron obligados a dejar en otras manos la post producción, estreno y crédito de su obra.
No sería hasta Marzo del 2021, casi 3 años y medio después, en medio de la pandemia y gracias a una campaña de hashtags y redes sociales, en el contexto del auge de las plataformas de streaming como Netflix, que el Estudio accedió a hacer lo justo para Zack Snyder y lo conveniente para ellos en ese momento en que el mundo permanencia encerrado en casa y necesitaba saciar su gula de contenido(por mucho que lo ame y sea un arte, el cine también es un negocio, es Show Business no Show Friends) lo importante al final fue que Snyder pudo editar su película sin preocuparse por la duración del metraje, y así con 4 horas culminó su visión de los Dioses de la mitología moderna, en vez de Zeus, Hades, Atena o Poseidon, era el tiempo de Superman, Batman, Aquaman, Cyborg y Flash (vamos Green Lantern, no pierdo la fe que tengas tu momento para completar a los 7)
Como buen fan de DC y de la Justicia para los realizadores, hice coincidir la publicación de mi segundo libro, el poemario 100 Fragmentos de un ojo gris con el estreno de Zack Snyder’s Justice League. Y así llegamos a este 2023, lleno de lo que tanto se ha permeado en las carteleras de cine desde el estreno del Episodio VII de Star Wars, The Force Awakens, la nostalgia. Volver a ver a Harrison Ford como Han Solo 30 años después en el 2015 y ahora como un dejavu a 1989, año en el que tuvimos algunos la fortuna de ver en una sala de cine a Indiana Jones y la Última Cruzada y a Batman, ahora tendremos este Junio, otra vez a Harrison Ford como el legendario arqueólogo con látigo y sombrero y a Michael Keaton como el caballero oscuro estilo Tim Burton.
Una máquina del tiempo, en dos entradas para el cine, un Delorean en el que viajamos junto a nuestros actores y héroes, a un tiempo en el que nuestra única preocupación era asistir al estreno de una película. Me siento afortunado de haber sido un niño de los 80, haber crecido en mi década favorita, los 90, y vivir ahora como adulto, en estos tiempos en los que el presente está lleno de tanto futuro. Disfruto cada adelanto tecnológico que parecía fantasía o ciencia ficción hace 20 años y a la vez extraño la simpleza del mundo análogo, la inocencia como la de aquella serie noventosa que me presentó al superhéroe escarlata, al mejor speedster, Flash.
Por mucho tiempo creí que el primer episodio de esa serie era una película, pues en los videoclubs de Maracaibo, alquilaban como tal lo que en realidad era un piloto largo de una serie que solo duró un temporada, pero que perduró en mi memoria; no se si fue el carisma del protagonista, la música casi reciclada de Batman que compuso para Flash Danny Elfman o sencillamente que en esa época cualquier adaptación de cómics era un milagro, la década de TMNT, Batman Returns y The Crow. No seria hasta el 2014 en el que finalmente tuvimos los fans, de quien que para mi es el mejor heroe de DC después de Batman y Superman, lo más cercano a una versión decente con la serie de CW, The Flash, gracias a Grant Gustin, un actor que supo capturar las características que lo separan del resto de los miembros de La Liga de la Justicia, su humor, humanidad en sus errores y mucha calidez y compasión. Es difícil no identificarse con un metahumano que más que correr rápido puede viajar en el tiempo, cambiar el pasado y evitar acontecimientos dolorosos, como lo fue, el asesinato de su madre, que no solo significaba crecer sin ella, sino que ademas, al ser injustamente su padre inculpado por el crimen, era perderlos a los dos al mismo tiempo.
Una vez me preguntaron hipotética y figurativamente que si mi vida fuese una carta, y pudiera meterla de vuelta en el mazo y sacar otro naipe al azar del resultado, que haría?... Mi respuesta fue que no, no solo porque no tengo control en si esa realidad alternativa seria mejor o peor que la mia actual, sino que somos la suma de nuestros aciertos y errores, de lo ganado y perdido, de las experiencias, así que, no le veía caso, a diferencia de Barry Allen, ya que para Flash no había mucho que pensar a pesar de los riesgos, si se podía viajar por el tiempo y evitar el asesinato de su madre. El efecto dominó no se puede evitar por mucho que sea una acción hecha con una buena intención.
Ha existido desde el libro y película La Maquina del Tiempo, una fijación en cambiar el pasado, evitar nuestros arrepentimientos, creando encrucijadas, intercepciones inevitables, multiversos y paradojas. Desde Back to The Future, Terminator, Twelve Monkeys, Looper, Avengers End Game y la recién estrenada (después de años de espera) The FLash; una película que adapta la historia de comics Flashpoint, una historia compleja en la que al salvar a su madre Barry desencadena una realidad alternativa donde el mundo estaba a merced de una guerra entre seres con superpoderes. Pero como diría Nora Allen, la madre de Barry (la insuperable Maribel Verdú cantando Pedro Navaja, dueña de unos ojos de madre llenos de ternura)"hay problemas que no tienen solución", es aceptar nuestras cicatrices y aprender de ellas sin que nos definan, pues el dolor y lo imposible, los villanos de nuestra historia, son nuestras llaves para evolucionar.
Lo que sentí fue maravilloso, mas allá de sus defectos (como los que tiene cualquier creación humana, ya que, que es perfecto en la vida?) al presenciar una suerte de digna despedida del Batman de Ben Afflleck y Michael Keaton, dos actores que no tuvieron la oportunidad de cerrar sus historias en una trilogía, fue indescriptible, un epilogo al universo de DC iniciado hace una década atrás. Ni hablar en profundidad de lo que evoco a nivel personal escuchar la banda sonora del Batman de Tim Burton, el film que inicio este recorrido por las películas que me han dejado una marca a lo largo de mi vida, en el caso del film de 1989 de Michael Keaton fue ese lazo con mi padre, y ahora con The Flash con esa escena final entre Barry Allen (Ezra Miller) y su madre (Maribel Verdú), se cierra el circulo, esas lineas de dialogo, por siempre me conectaran con mi madre.
Nora: Te Amo
Barry: Yo amo mas
Nora: Yo te ame primero
Es irrebatible ese argumento, esa afirmación: yo te ame primero. Una madre es capaz de amarnos antes de existir, de regalarnos ese don de combinar en una caricia, una palabra, un beso o incluso en silencios y miradas: amor, protección y compasión. Gracias a mi padre amo el cine, la lectura y anhelo seguir su ejemplo, pero le agradezco a mi madre, cada sentimiento que tengo, el deseo de siempre aprender a perdonar, y perdonarme, de intentar ser mas gentil, de escribir y con mis palabras ayudar antes que herir. Gracias por amarme primero.
Rene Rodríguez Roque